Impulsadas por el programa Sembrando Vida de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y con la asistencia técnica especializada del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), más de 1,400 familias del Corredor Seco, en Ahuachapán, han pasado de una agricultura de subsistencia a una de mayor producción y comercialización de hortalizas, frutas y otros alimentos.
Son muchos los logros de esta iniciativa de cooperación entre los Gobiernos de México y El Salvador, ejecutada de primera mano por los técnicos extensionistas de AMEXCID para respaldar el desarrollo de comunidades del occidente de El Salvador.
Una de las productoras beneficiadas es Blanca Perdomo y asegura que su calidad de vida ha mejorado, al igual que, la seguridad alimentaria y nutricional de su familia, gracias a la producción asociativa de tomate y loroco bajo riego.
Para doña Blanca la venta de estas hortalizas es un buen negocio, ya que gracias al sistema de riego que obtuvo con Sembrando Vida la cosecha es anticipada. “Experimentamos que podemos sembrar el tomate junto con el loroco, dos cultivos que me han generado dinero, y lo he utilizado para los gastos del hogar”, dijo la agricultora muy emocionada.
Además, añadió que actualmente cuenta con 1,000 plantitas de tomate y en el ciclo productivo de mayo a octubre obtendrá más de 2,000 libras de tomate, cosecha que comercializará en el mercado local y en la comunidad.
Otra de las favorecidas con el programa es Marinela Perdomo, como ella muchas otras familias tienen avances significativos con la diversificación de cultivos en sus parcelas y el buen manejo agronómico, gracias a la sinergia de dichas entidades, en la que la asistencia del MAG a través del Centro de Tecnología Agropecuaria y Forestal juega un papel primordial.
Perdomo se dedicaba a la siembra de granos básicos para consumo propio, pero con Sembrando Vida, ahora cultiva tomate, chile dulce, pepino, yuca, sandía, entre otras hortalizas. “Con este proyecto estamos aprendiendo a trabajar diferente, sentimos que estamos mejor. Nosotros hemos recibido capacitaciones para preparar foliares, abono orgánico y para la siembra de arbolitos. También hemos conocido los efectos sobre el suelo y la fauna al quemar los rastrojos”, expresó.
Don Pedro Ganuza es otro productor que forma parte del programa y destacó que con las tecnologías transferidas ha aprendido a elaborar foliares para frutas, insecticidas orgánicos y a establecer el Sistema de Milpa Intercalada entre Árboles Frutales (MIAF).
“Tengo una parcela comunitaria, donde todo el grupo de productores viene aprender cómo hacer las cosas para obtener mayor producción (…) En nombre de la comunidad quiero dar las gracias al Gobierno y ojalá nos sigan ayudando”, enfatizó Ganuza.
Por otra parte, en el caserío Los Horcones del cantón El Tigre, en Ahuachapán, cuatro productoras mostraron sus cultivos de tomate, pepino, yuca, sandía, entre otros. “Antes teníamos que comprar las hortalizas y frutas para la alimentación de la familia, ahora ya aprendimos a cultivarlas. Nunca habíamos tenido una oportunidad como esta”, subrayó Irma Rivera.
Sembrando Vida también ha llevado a las familias paquetes agrícolas, que incluyen bolsas de fertilizante, semilla para producción de chile, tomate y pepino para producir una tarea de hortalizas, jabas, azadones y otras herramientas.
Además, el programa ha establecido algunos sistemas de riego, ha entregado ayuda monetaria de $250 a cada productor, con una retención del 10% para ahorro, puntualizó Yesica López, técnico extensionista del programa Sembrando Vida.
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