Los agricultores y emprendedores con prácticas orgánicas pronto tendrán una certificación; aunque el proceso comenzó hace mucho, en los últimos años se le dio un gran impulso y ahora se cuenta con protocolos y procedimientos que darán vida a esta garantía, primera en su tipo en El Salvador.
Esta certificación orgánica es para mercados locales y será emitida por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), a través de la Dirección General de Sanidad Vegetal y su Área de Inocuidad de Alimentos y Agricultura Orgánica.
“El proceso está avanzado, ya contamos con los protocolos, formularios, procedimientos y el personal. Tenemos 10 técnicos del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal para verificar en el territorio, cinco técnicos de Sanidad Vegetal responsables del control y registro; y Agronegocios apoyará en la comercialización, porque los productores, si bien es cierto, lo hacen por convicción de mantener el medio ambiente, el suelo, la biodiversidad y la salud de las personas, también lo hacen con un objetivo económico, de vender mejor sus productos”, explicó Beatriz Alegría, de la División de Agronegocios.
Un aproximado de 25 productores fueron capacitados sobre la normativa orgánica y la certificación para el mercado local, su importancia y los alcances. Lo novedoso es que El Salvador tendrá una certificación con una norma pública, esto es un logro y un servicio más que el MAG pone a disposición y a bajo costo.
El sello dará una garantía y un respaldo de que los procesos de producción cumplen con las normas de certificación orgánica. De esta manera, se demostrará ante supermercados, hoteles, restaurantes, mercado informal y demás público que los alimentos son orgánicos.
Brenda Cerén, productora de semilla de marañón y plátano en el bajo Lempa, en San Vicente, comenzó a cultivar de manera orgánica. Ella señala que esta es una oportunidad para inyectarle un valor agregado a su producción porque tendrá una certificación válida ante sus clientes.
“En el caso mío, como productora de marañón y plátano, sería una garantía agregada a mi producto porque le puedo decir al cliente con más seguridad que es orgánico, ya no tengo que decirle: ‘mire si gusta vaya ver la parcela o vaya a ver cómo se trabaja’, sino que el sello es el que dará más valor a mi producto”, subrayó Cerén, durante la capacitación.
Atilio García Prieto es otra de las personas que mira con buenos ojos este esfuerzo del Gobierno a través del MAG. “No es raro escuchar entre mis clientes frecuentes en los Agromercados, ‘yo le compro a usted porque sí sabemos que sus cultivos son orgánicos, sus productos sí tienen sabor, sí son de calidad’. Es bueno contar con ese reconocimiento de la clientela, pero es mucho mejor tener un documento y una certificación que lo respalde a uno”.
La producción de García Prieto se localiza en el municipio de Tamanique, en La Libertad, de ahí el nombre de su emprendimiento “Orgánicos de Tamanique”, con el que contribuye a la generación de empleo para ocho familias.
Aquí se producen hortalizas de hoja y el enfoque es la producción de alimentos para ensalada: lechugas, kale, amaranto, arúgula, espinaca de ensalada, mostaza, tomates cherri, papaya verde, berenjena, y demás cultivos afines. Estos productos se comercializan en San Salvador, en tiendas orgánicas, restaurantes de San Benito y en la franja costera: Surf City.
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