En un punto ciego de Ahuachapán cruza un surco gigante, de más de 10 metros. Esto es la huella que dejó el río Paz en la zona, ahora desviada por la densidad poblacional, pero aún, en la distancia se mantienen unos mojones de cemento que indican el límite político fronterizo que divide a El Salvador y Guatemala.
En esa zona de caminos rurales se encuentra desplegado un pelotón de la Fuerza de Tarea Sumpul, de la Fuerza Armada de El Salvador. Ellos brindan seguridad perimetral en el límite fronterizo con el objetivo de evitar delitos como el contrabando de mercadería, de ganado o tráfico de personas y drogas.
Aunque en la noche y la madrugada, la zona es reconocida por ser poco poblada y transitada por tramos, el crujir de piedras con la goma de las botas de los militares se abre paso entre el graznar de aves nocturnas y el resonar de las olas que suenan en la playa. Y es que, los efectivos patrullan las 24 horas, la misión es clara, erradicar el contrabando y detener a quien delinca.
Con patrullajes escalonados a pie, en vehículo todo terreno y en puntos estratégicos de control, la FT Sumpul resguarda el límite fronterizo y cada movimiento es controlado.
Pick ups, motocicletas, camiones o sedanes son detenidos por los militares, quienes abordan a sus ocupantes con la documentación personal, del vehículo y de la mercadería, en caso de que sea necesario.
Pero los soldados no trabajan de forma aislada. Como una parte esencial del Gobierno del Presidente Nayib Bukele, las labores articuladas e interinstitucionales son una característica indiscutible.
Elementos de la Dirección General de Aduanas, del Ministerio de Hacienda, de Migración y Extranjería y del Ministerio de Agricultura y Ganadería asisten al accionar militar, ya que históricamente, los puntos ciegos fueron utilizados para el trasiego de mercadería y el tráfico de personas; sin embargo, con la implementación del Plan Control Territorial, este tipo de ilícitos ha venido a la baja, como el resto de figuras delictivas.
En menos de un mes, este accionar articulado logró la captura de una persona, y el decomiso de 76 cabezas de ganado, que serían utilizadas en rastros clandestinos para contrabandear productos cárnicos.
“Nuestro objetivo es combatir delitos que afecten a los productores nacionales. El contrabando de mercadería y de ganado son ilícitos que debilita al sector y como Gobierno no permitiremos que personas se lucren de esto”, indicó Israel Sánchez, elemento de Aduanas.
Para Aduanas, el contrabando representa un delito a combatir, ya que genera pérdidas económicas al Estado por la evasión, pero también crea condiciones desiguales para los productores nacionales.
“Como Gobierno no toleraremos este tipo de delitos, que afectan a los sectores productivos y al mismo Gobierno”, concluyó.
En específico, el robo y hurto de ganado generan serias pérdidas en el sector, ya que debilitan la cadena productiva y atentan contra el empleo en las zonas rurales; por ello, la prioridad impuesta por el Ministro de Agricultura y Ganadería, Enrique Parada, está en combatir este tipo de ilícitos.
“Un anuncio a los contrabandistas de lácteos y ganado: ¡Prepárense!”, afirmó el funcionario.
Así, se trabaja de manera articulada y permanente con instituciones como la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil, para garantizar condiciones de desarrollo al sector ganadero y combatir de manera frontal el contrabando y cuatrerismo.
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